En la actualidad hay un movimiento nacional
de protesta que está eviviendo las tácticas de “acción directa” de la
desobediencia civil, y grupos como Cascadia Forest Defenders (Defensores
del Bosque Cascadia) han sido tan efectivos que ahora los legisladores
les están llamando “terroristas” y tratando de aprobar nuevas leyes que
criminalicen subirse a los árboles para defenderlos.
Los proyectos de ley destacan la campaña del Bosque Estatal Elliot, y permitirían que las corporaciones puedan demandar a los activistas por estar haciéndoles perder dinero.
Al igual que la industria de la ganadería está tratando de crear un nuevo delito llamado “interferencia a la ganadería,” la industria dedicada a la explotación de los bosques está tratando de crear otro llamado “interferencia a la gestión forestal.”
Mi último artículo para Vice investiga estos proyectos de ley y el resurgir de la defensa de los bosques en el Noroeste Pacífico.
Aquí dejo un extracto:
“Ha habido un reinado de terror que ha durado 30 años llevado a cabo por esta gente que no tiene respeto por los derechos de los demás,” dice el Representante Wayne Krieger, un republicano. Krieger dice que “los terroristas ecologistas” se han dedicado a “encadenarse a los árboles y a excavadoras y otro tipo de equipos, y a tumbarse en la carretera.”
Krieger, un agricultor forestal y antiguo miembro del Consejo del Sector Forestal de Oregon, introdujo la HB 2995. Esto crearía un nuevo tipo de delito de “interferencia con la gestión estatal de los bosques.” El primer crimen, un delito grave, conlleva una condena obligatoria mínima de 13 meses; otro crimen eleva esa condena a 25.000 dólares de multa y cinco años de cárcel. Lo que significaría pasar cinco años en la cárcel por actos de desobediencia civil.
Un proyecto de ley adicional, el HB 2996, permite a las empresas madereras demandar a los manifestantes con demandas de hasta 10.000 dólares en concepto de pérdidas de ingresos hasta seis años después de que una protesta haya terminado.
Fuente Green Is The New Red
Los proyectos de ley destacan la campaña del Bosque Estatal Elliot, y permitirían que las corporaciones puedan demandar a los activistas por estar haciéndoles perder dinero.
Al igual que la industria de la ganadería está tratando de crear un nuevo delito llamado “interferencia a la ganadería,” la industria dedicada a la explotación de los bosques está tratando de crear otro llamado “interferencia a la gestión forestal.”
Mi último artículo para Vice investiga estos proyectos de ley y el resurgir de la defensa de los bosques en el Noroeste Pacífico.
Aquí dejo un extracto:
“Ha habido un reinado de terror que ha durado 30 años llevado a cabo por esta gente que no tiene respeto por los derechos de los demás,” dice el Representante Wayne Krieger, un republicano. Krieger dice que “los terroristas ecologistas” se han dedicado a “encadenarse a los árboles y a excavadoras y otro tipo de equipos, y a tumbarse en la carretera.”
Krieger, un agricultor forestal y antiguo miembro del Consejo del Sector Forestal de Oregon, introdujo la HB 2995. Esto crearía un nuevo tipo de delito de “interferencia con la gestión estatal de los bosques.” El primer crimen, un delito grave, conlleva una condena obligatoria mínima de 13 meses; otro crimen eleva esa condena a 25.000 dólares de multa y cinco años de cárcel. Lo que significaría pasar cinco años en la cárcel por actos de desobediencia civil.
Un proyecto de ley adicional, el HB 2996, permite a las empresas madereras demandar a los manifestantes con demandas de hasta 10.000 dólares en concepto de pérdidas de ingresos hasta seis años después de que una protesta haya terminado.
Fuente Green Is The New Red
